En agosto del 2011, una unidad concreta del Cuerpo Nacional
de Policía, que actuaba en la zona de Málaga,
se entera de que el entonces vicepresidente
de la Asamblea de Madrid, Ignacio González, tenía un ático de alquiler en una
zona muy cara de Estepona. Comprobado que el asunto del alquiler no está claro,
dicha unidad policial decide abrir una investigación. Hasta ahí todo bien.
Pero, el 29 de noviembre del 2011 los
comisarios Villarejo Pérez y García Castaño se reúnen con González, hoy
presidente de la Asamblea de Madrid, en la cafetería La Mallorquina de la
Puerta del Sol de Madrid. Los motivos de la reunión no están claros, el
presidente González dice que le intentaron chantajear, y como consecuencia ha
puesto una denuncia en los juzgados de Plaza Castilla, los comisarios dicen
que acudieron únicamente a hacerle unas
preguntas relativas a la investigación de su ático de Estepona.
Tres años después, a pocos días de elegir el Partido
Popular candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, este asunto se ha
vuelto a abrir, evidentemente con alguna
intención, haciéndose pública la reunión de González con los dos comisarios, dándose
a conocer también que el presidente de la Comunidad de Madrid, había presentado
una denuncia contra el comisario
Villarejo por intento de chantaje en el juzgado de Plaza de Castilla. La cosa
se ha complicado todavía más al difundir
hace unos días medios de comunicación parte de la grabación de la conversación que
mantuvieron, en al cual se aprecia que el presidente González estaba preocupado
por la difusión del asunto y los policías, al acabar la reunión, se mofan de él
diciendo: Esta cagao.
En mi opinión, de acuerdo a las informaciones hechas públicas,
todo da a entender que la policía en el 2011 pillo en un asunto poco claro, tal
vez ilegal, al hoy presidente de la Comunidad, e intento utilizarlo, para chantajearle o bien para
presionarlo y apartarlo de la política. Recordemos
que Esperanza Aguirre de forma inesperada dimite como presidenta de la
Comunidad de Madrid, favoreciendo así que
González fuera nombrado presidente, tal vez porque ya se olía que
Gonzales tendría que dejar la política. Recordemos también que la principal
beneficiada con todo esto no es otra que Cristina Cifuentes, la cual ha sido nombrada
candidata del PP a la Comunidad de Madrid.
Pero el asunto todavía se ha complicado más, seguramente
como consecuencia de presiones realizadas por la gente del presidente González. El País ha difundido
que el comisario Villarejo es participe en 12 empresas con un capital de 16
millones, algo poco compatible con la actividad de un funcionario del Cuerpo
Nacional de Policía.
Villarejo es un personaje cuya vida profesional está llena
de incógnitas e irregularidades, apareciendo su nombre en numerosos asuntos
turbios, que no se investigan debidamente y que ni la justicia ni el Ministerio
de Interior acaban de aclarar, dejando así que crezca la mierda en la policía española.
Estuvo diez años de excedencia durante los cuales dice que tuvo grandes éxitos empresariales.
Luego se volvió a incorporar al Cuerpo Nacional de Policía, de una forma que no
está clara, recuperando su situación normal como comisario en enero del 2011.
La situación, destino y misiones durante los últimos años de esta persona en la
policía tampoco está clara, el Director General de la Policía, Ignacio Cosido, dice que lo único que sabe es que estuvo
destinado en información. Según informaciones periodísticas Villarejo se define
como un agente encubierto y ha escrito cosas como: “Cuando estoy en Líbano
fingiendo ser transportista de droga o en Irak de comerciante o en Afganistán
simulando ser tratante de caballos, estoy realizando una labor que me
apasiona”. No dudo que Villarejo haya podido haber trabajado de incognito, por
ejemplo de jardinero, pero si lo ha
hecho es evidente que se perdió la primera lección que reciben este tipo de
personajes, que es nunca reconocer que has trabajado en operaciones encubiertas
pues al hacerlo público estas poniendo es riesgo no solo tu trabajo sino
seguramente también el de otros agentes. Villarejo, dedicándose como se ha
dedicado a presionar a un vicepresidente de un Gobierno autonómico puede que
sea un agente encubierto, pero de un país extranjero.
En mi opinión, el comisario Villarejo es el típico caso del
cazador cazado. Intento cazar al presidente González y le han cazado a él
realizando una serie de confusas, tal vez también ilegales, actividades
empresariales. Y ahora desde la policía se están difundiendo informaciones poco creíbles
encaminadas a cubrirle. Por ejemplo, es poco creíble que el Ministerio de
Interior utilice empresas de un policía como tapadera para realizar operaciones
de espionaje, y por el contrario si es muy creíble, pues ya ha ocurrido, que
desde la policía se estén tapando las actividades ilegales de Villarejo.
Una de las principales características de los regímenes no democráticos
es que siempre se producen abusos
policiales. En las dictaduras la policía, protegida bajo el paraguas de la impunidad
judicial, es utilizada como instrumento represor al servicio de los intereses
de las elites que gobiernan. El comportamiento de algunos sectores de la policía
española es más propio de una dictadura que de una democracia. Como casi todo
en España, la policía española está muy politizada. No es que la policía española
este fuera de control, está muy controlada por las elites políticas, las cuales
la utilizan de forma abusiva e ilegal en defensa de sus intereses.
Sin ser mi intención defender al presidente González, lo
que le ha ocurrido con la policía es preocupante y causante de alarma social.
Pues si la policía se comporta así con una persona de su nivel, el cual acudió a
reunirse con Villarejo con cuatro asesores, ¿Qué no harán con un humilde
ciudadano que no dispone de los recursos y apoyos que puede tener el
vicepresidente de un Gobierno autonómico?
Lo que se conoce como la Transición Política Española ha
sido un completo éxito. España tiene hoy la mejor y más democrática Constitución
que jamás ha tenido, pero el desarrollo democrático de España ha fracasado, el
Estado de Derecho no funciona y el contenido de la Constitución del 78 es papel
mojado. España es hoy un país en el que hay terrorismo de Estado, como el 11M,
y en el que se cometen flagrantes, sistemáticas e impunes violaciones de los
derechos humanos. Las elites políticas españolas deberían recordar el pasado y
tener en cuenta que los abusos policiales pueden acabar provocando reacciones también
violentas, y por ello los deben impedir, legislando para que el Poder Judicial haga cumplir en tiempo
oportuno las leyes vigentes, cosa que ahora no hace.
No hay comentarios:
Publicar un comentario