En Francia ha habido relevo presidencial,
Macron ha sustituido a Hollande, y también ha habido relevo en la Asamblea
Nacional, pero la situación no ha cambiado. Francia sigue bajo una continua y
elevada amenaza causada por el terrorismo islamista. Ayer, un ciudadano de
origen argelino, Hamon B., ataco a seis soldados franceses, atropellándolos con
su coche, cuando salían del cuartel, en la ciudad de Levallois-Perret.
Precisamente, a 800 metros de la Dirección General de Seguridad Interior, o
sea, del cerebro de los espías franceses, y por tanto se supone que se produjo
en una de las zonas de mayor seguridad de Francia. Francia sigue en la guerra
declarada por el expresidente Hollande, contra un enemigo no definido, el
terrorismo islamista, y sin adoptar ninguna medida efectiva para combatirlo y
derrotarlo.
Durante la IIGM, mientras en una esquina de
Francia los nazis asesinaban a no combatientes, violaban y saqueaban, en la
otra, un sector de las elites franceses pactaban con el invasor, constituyendo
el régimen de Vichy. Salvando las distancias, obvias y conocidas para todo
aquel que sea aficionado a la historia, hoy Francia vive una situación similar.
El terrorismo islamista ataca Francia, y a la vez sectores de las elites
dirigentes francesas negocian y pactan
con actores acusados internacionalmente
de controlarlo y apoyarlo económicamente. El caso más descarado y
público es el relacionado con Qatar país acusado de promocionar el terrorismo
islamista. El Gobierno de Qatar, país cuyo sistema político es una Monarquía
Absoluta, ha comprado el Paris
Sant-Germain, uno de los principales equipos de futbol de Francia. Es evidente,
que detrás del canto de La Marsellesa se esconde muchas veces un falso
patriotismo, como el del régimen de Vichy. Mantener a un país en una situación
de máxima alerta antiterrorista, como ocurre en Francia, tiene un importante
coste, no solo económico, sino también político y social. Humildes ciudadanos
se ven atropellados en sus derechos,
privados de privacidad, limitada su libertad de movimiento, incordiados en su
vida personal, en beneficio de una más que discutible seguridad. Los ciudadanos
pierden la confianza en el sistema político y sus elites dirigentes. Y lo que
es lo peor, provoca cansancio en los responsables de la seguridad, estos se confían, bajan la guardia, las reglas de
actuación, de enfrentamiento, dejan de
estar claras favoreciendo que un individuo atropelle a seis soldados armados
sin que ninguno de ellos haga fuego.
En el 2002, el expresidente de Estados
Unidos, George W. Bush, acuño el
concepto del Eje del Mal. En aquel momento parecía que era una mala copia del
Imperio del Mal, término que el también expresidente Reagan había utilizado
para calificar a la hoy disuelta Unión
Soviética. Pero en mi opinión, es un término muy apropiado, pues existe un Eje
del Mal constituido por cuatro fuentes del que emanan las fieras que ponen en
riesgo la paz y seguridad en Occidente, y que son: El comunismo Internacional,
los sectores del Mundo islámico que controlan y apoyan el terrorismo islamista,
el crimen organizado internacional, y por último, los sectores de las elites
dirigentes occidentales con vínculos políticos y económicos con dichas fuentes. Estas fuentes del mal, se
retroalimentan entre ellas, se apoyan entre ellas, con un único objetivo común,
erosionar el modelo político y económico occidental en beneficio de sus
intereses. No es un secreto de estado, lo dan a conocer de forma clara y
continua en todos los foros en los que participan a través de sus opiniones y
posicionamientos. Por ejemplo, las fieras que representan a estos nidos del mal
suelen decir en sus declaraciones “Estamos en contra de la violencia, estamos
en contra del terrorismo islamista”, pero no adoptemos ninguna medida para
combatirlos. Son fácilmente
reconocibles. Por ejemplo, conocido es que el terrorismo islamista se financia
a través de actividades de narcotráfico.
Hay un Eje del Mal. El Estado Islámico es la
punta de lanza con la que el Mundo islámico amenaza a Occidente. Corea del
Norte es ahora la punta de lanza con la que el comunismo internacional intenta
valorar qué nivel de unión existe en los países occidentales, o sea, la NATO,
tantear su determinación y valorar su
poder militar. Un comunismo internacional liderado principalmente por
Rusia. No deja de ser curioso que el
régimen de Corea del Norte se esté creciendo precisamente ahora, amenazando con
atacar la base americana de la isla de Guam. O el Gobierno de Corea del Norte
es un inconsciente, y no se da cuenta de que la última tecnología militar que ha
logrado ya la tienen los militares americanos desde hace décadas, o hay algo
más. El FBI, se supone que por decisión de la Comisión de Inteligencia del
Senado, está investigando a Paul Manafort,
uno de los jefes de campaña del presidente Trump, registrando
recientemente su domicilio, pues se sospecha que el equipo de Trump tenía y
tiene ilegales vínculos rusos. El Partido Republicano debería aclarar de forma
rápida si Trump está o no controlado por los rusos, si está siendo o no
chantajeado por los rusos, como da a
entender lo que se cuece en la Comisión de Inteligencia del Senado.
La Unión Europea dice que se ha superado la
crisis económica que comenzó en el 2008. Crisis que a España le costó
aproximadamente 500.000 millones de
euros de deuda pública, y unos 50.000 más del fondo de la Seguridad Social, que
se ha esfumado. Y tal vez sea cierto. Y la reciente liquidación de bancos, de
los italianos Banca Popolare di Vicenza
y Veneto Banca, del español Popular, o la conocía quiebra técnica del Deutsche
Bank, por citar algunos ejemplos, sean pequeñeces. Pero Europa tiene graves e importantes
problemas políticos. La UE a través de su secretaria Mogherini, prorrusa, no sé
si siendo italiana también pro más cosas, dice estar preocupada por lo que
ocurre en Ucrania, en Siria, o en Venezuela, problemas graves causados por el
Eje del Mal, pero por lo que realmente deberían están preocupadas las elites dirigentes
de la UE es por lo que ocurre en Francia, país en el que en las últimas
elecciones legislativas hubo un participación inferior al 50%, poniendo así en
entredicho la sociedad francesa el funcionamiento de su sistema político. La
paz sin honra puede ser llevadera, pero no siempre se consigue, todos aquellos
países que durante la IIGM firmaron pactos de no agresión con la Alemania nazi,
acabaron siendo atacados y muchos de ellos invadidos. A no ser que se busque
cambiar honra por paz, poner cara al enemigo, identificarlo y definirlo, es
fundamental para poder derrotarlo. Fuenteovejuna no, tú.
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