martes, 31 de marzo de 2020

COVID-19 ¿INEVITABLE O FALTA DE DISUASIÓN?


A diferencia de lo que ocurrió con la epidemia de la Gripe Española de 1918, la actual epidemia del covid-19 tiene lugar en  sociedades abiertas, con unos niveles de interconexiones entre ellas y entre los ciudadanos sin precedentes en la historia. Los medios de comunicación han dejado de ser los únicos que transmiten  información, en forma de noticias,  a los ciudadanos. Las informaciones fluyen, principalmente,  gracias a Internet, de fuentes muy diversas; públicas  o privadas; con identidad política o civiles; expertas, de aficionados o de simples ciudadanos que desean dar a conocer su opinión. En sociedades de este tipo, con una enorme fluidez de información, los hechos son muy difíciles de ocular a la opinión pública, como mucho, desde el poder, aquellos que gobiernan, pueden intentar manipular la interpretación, buscar que los ciudadanos tengan una y no otra interpretación, la interpretación oficial, de esos hechos. Para ello, se repiten una y otra vez discursos favorables a la interpretación oficial que se desea, y se niegan y se desacreditan los contrarios. Y sobre todo, se recurre al conocido fenómeno definido por Noelle-Neumann, la espiral del silencio.

Para intentar evadirme de la dura actualidad, y evitar sus efectos, he comenzado a leer un ensayo de historia, “Postguerra. Una historia de Europa desde 1945”, de Tony Judt. En este ensayo, por cierto, muy ameno,  el autor, recurre a la cita “Hechos, mi querido muchacho, hechos”,  de Harold Macmilan, primer ministro de Reino Unido (1957 a 1963). Una cita que considero muy apropiada para los momentos actuales, lo importante siempre son los hechos, y como los hechos cada día son mas difíciles de ocultar o negar, entre las elites dirigentes se ha puesto de moda calificarlos de inevitables. Hechos inevitables, como la inmigración, la entrada de refugiados, el terrorismo islamista, los nuevos virus, etc.  Ayer nos transmitían que las sociedades occidentales debían vivir bajo la amenaza del terrorismo islamista, por ser inevitable. Hoy se nos dice que fue inevitable que los parásitos chinos se propagaran por las democracias occidentales; que es inevitable parar la economía, imponer confinamientos  y obligar a  los ciudadanos a que se encierren en sus casas. Aún más, algunos científicos y expertos en sanidad ya empiezan a transmitir el mensaje de que las sociedades deberán acostumbrarse a vivir con la amenaza de los parásitos chinos, del covid-19.

El siglo XXI es el siglo de los hechos inevitables. La lucha se da por perdida; entre las actuales elites políticas occidentales parece ser que hay un mayoritario  consenso favorable a la línea de pensamiento de que no hay que dedicar esfuerzos ni adoptar medidas para evitar que se produzcan determinados hechos claramente perjudiciales, sino buscar que la sociedad los acepte como  inevitables, cuando no,  incluso favorecer que se produzcan, pero eso es otra historia. Hechos inevitables, como los atentados del terrorismo islamista o los virus asesinos chinos, el covid-19, que generan miedos en nuestras sociedades llevando a mínimos la confianza, y por tanto la cooperación entre ciudadanos, entre generaciones, entre actores políticos y empresariales y entre naciones.

Lo importante son los hechos. El covid-19 surgió, por ahora de forma científicamente inexplicable, en China. De forma científicamente inexplicable se propago por territorio europeo, entrando a través de Italia, a pesar que ese país no es de los países europeos que tienen un mayor volumen de circulación de personas con China. Y también de forma inexplicable el coronavirus está atacando de forma más virulenta a países desarrollados occidentales que al país en el que surgió, China,  o fronterizos, los cuales tienen peores sistemas sanitarios que los occidentales.

Vivimos en sociedades abiertas, en las que por diferentes razones, fluye propaganda de todo tipo, ello nos permite identificar claros indicios que llevan a pensar que numerosos actores políticos y civiles sabían que la pandemia del coronavirus se iba a producir justo ahora. En el 2002, cuando Estados Unidos, acusaba en Naciones Unidas a Irak de tener armas de destrucción masiva, y pedía una intervención militar para derrocar al Régimen de Sadam  Husein, por no permitir la actuación de los inspectores de la ONU, se produjo la crisis del SARS. Ahora en un momento de elevadas tensiones entre el Mundo occidental y actores de la órbita de China, debidas entre otras, a las sanciones a Rusia por el anexionarse Crimea, ruptura del acuerdo nuclear con Irán, cambios en la política comercial de Estados Unidos con China, etc, resulta que un virus vuelve a mutar en China y ataca virulentamente las principales democracias occidentales, obligando a reducir la actividad económica y causando una crisis mundial que ya se considera que será peor que la Gran Depresión del 29. Todo conduce a sospechar que las armas de destrucción masiva estaban en China, y  que la actual crisis no es fruto de algo inevitable sino de la falta de la adecuada disuasión.

Los parásitos chinos, el covid-19, esta asesinando a muchas personas con edad avanzada y con otras patologías, inexplicablemente incluso a personas que disfrutaban de una perfecta salud. La utilización que están haciendo de los parásitos chinos, del covid-19, es inmoral, aberrante y detestable. La solución nunca puede ser más costosa que el problema. No se puede permitir que la amenaza de un parásito chino cambie nuestro estilo de vida, nuestro modelo social, político y económico, las democracias occidentales deben reaccionar. El mundo pago muy caro el 11-S, se pagara muy caro esto. Por favor, que alguien releve a los que están al mando.

domingo, 29 de marzo de 2020

COVID-19, SI HACE FALTA UNA PURGA, ESTA ES DEL ACTUAL GOBIERNO SOCIALCOMUNISTA.


Recurriendo al Estado de Alarma el presidente Sánchez anuncio ayer que va a incrementar la represión  sobre  los ciudadanos. Solo aquellos sectores a los que el Gobierno consideras esencial para sus intereses tendrán reconocidos todos sus derechos fundamentales y constitucionales, al resto se les limitaran, privándoles de derechos como el derecho a trabajar y  a la libertad de circulación, anulándose así por completo las vidas de estas personas, quedando reducidas a estar recluidos en sus lugares de residencia.  

Sin ser experto en derecho, es evidente que el Gobierno de España está haciendo una lectura muy ampliada de las posibilidades que concede la declaración del Estado de Alarma. Una lectura, muy probablemente, inconstitucional, pues discrimina a unos ciudadanos de otro en función de percepciones totalmente subjetivas. Disfrutaran de todos sus derechos constitucionales aquellas personas que el Gobierno socialcomunista considera que realizan funciones esenciales para sus intereses, intereses que amplios sectores de la sociedad ya consideran que no coincide con el interés general, pues consideran que este debe ser el mantenimiento de la actividad económica.  El Estado de Alarma tiene sentido para que el Gobierno pueda garantizar el orden público o el funcionamiento de servicios públicos o actividades económicas imprescindibles para los ciudadanos y el normal funcionamiento del Estado. Pero Sánchez, está haciendo todo lo contrario, en nombre de la protección de la salud pública está impidiendo el normal funcionamiento de la actividad económica y los servicios públicos. Además, al anular de forma descarada la igualdad entre ciudadanos, está creando caldo de cultivo para que afloren  comportamientos que pongan en peligro el orden público.

Es difícil saber que persigue el presidente Sánchez con todo esto, con la declaración del Estado de Alarma y el resto de medidas, pero todo indica, que está favoreciendo el principal objetivo político de sus socios de Gobierno, Unidas Podemos, quebrar el actual modelo social, político  y económico. En sus comparecencias ante los medios de comunicación, una y otra vez, el presidente Sánchez ha intentado justificarse afirmando que el Estado de Alarma y demás medidas que ha adoptado son para proteger la salud pública y particularmente la salud de los sectores más vulnerables, gente de elevada edad y con otras patologías graves,  ante la amenaza del covid-19. Pero los hechos dados a conocer por los medios de comunicación,  echan por tierra dicho argumento. El Estado de Alarma no disminuye la vulnerabilidad de ancianos y enfermos frente al coronavirus sino que la incrementa. El Estado de Alarma está sirviendo para que muchos  ancianos y enfermos sean tratados de forma abusiva, injusta e inhumana. Aislados de sus familiares, anulados sus derechos a elegir médico, centro hospitalario o tratamiento, dejando en muchas ocasiones que mueran en condiciones totalmente indignas. Sánchez ha recurrido al Estado de Alarma para poder incrementar la represión contra concretos sectores de la sociedad, contra los sectores más débiles. Siendo utilizado a la vez, como dan a conocer numerosos hechos difundidos por los medios de comunicación, para justificar y encubrir violaciones de los derechos humanos o incluso posibles asesinatos, pues se están certificando  muertes por coronavirus sin realizar ningún tipo de autopsia e investigación sobre si la persona recibió el adecuado tratamiento por parte del personal sanitario o no.

Sánchez ha restringido los derechos constitucionales de los ciudadanos que no gocen de la protección del Gobierno o sean por su actividad económica, imprescindibles. Esto último no es algo nuevo. Los nazis perdonaron la vida a muchos judíos que les eran útiles. Sánchez, ha creado en España un régimen totalitario, al estilo de la URSS. Sánchez está favoreciendo que el comunismo internacional, representado en España por Unidas Podemos, nos ataque, ataque nuestra democracia, nuestro estilo de vida, y sobre todo, nuestro sistema económico. Sánchez quiere crear conformismo y resignación entre aquellos sectores sociales que perciben de forma clara lo que está pasando, mandando el mensaje de que el Estado pagara todo lo que haga falta, pero al encontrarse con la dura realidad, de que el dinero público es el que es, recurre a la figura del enemigo exterior, del chivo expiatorio, responsabilizando de lo que ocurre a la Unión Europea y amenazándola, como en su momento hizo el expresidente griego, Alexis Tsipras. Pero todos sabemos cómo acabo la historia de Tsipras. El socialismo está hoy más débil que nunca en la UE y a no ser que Sánchez esté pensando en proponer que España abandone la UE, para entrar totalmente en la órbita del comunismo internacional, sus amenazas no tendrán recorrido. El presidente Sánchez está favoreciendo que muchos ciudadanos no solo sean objeto de represión, sino también de un trato inhumano, de violaciones de derechos humanos, permitiendo que se produzcan ya muchas muertes sin una clara explicación científica. No hay nada más detestable que la utilización de la mentira para justificar represión, violaciones de los derechos humanos, o incluso encubrir asesinatos. El Gobierno de España necesita una urgente y amplia purga. Sí el Poder Judicial no pone remedio a la inconstitucional, represiva y abusiva situación creada por el presidente Sánchez, los ciudadanos tendrán que recurrir a otras formas de justicia.

miércoles, 25 de marzo de 2020

COVID-19, UN PAÍS NO PUEDE PARAR POR LA AMENAZA DE UN PARASITO.


Un año muy importante en la historia de España es, sin duda, 1982. En 1982 en la sociedad española se adoptarían posicionamientos políticos que determinarían en gran medida su futuro.  En mayo de 1982, gobernado Unión de Centro Democrático (UCD), con Calvo Sotelo como presidente del Gobierno, España paso a ser  miembro de la OTAN. Entonces la cultura de los españoles sobre política internacional, salvo entre las elites intelectuales y algunos sectores universitarios, era muy baja y estaba muy manipulada por los partidos políticos. Desde la izquierda se veía mayoritariamente al Pacto de Varsovia como un defensor de sus ideas e intereses. Una constatación de esa baja cultura, la tenemos en el hecho de que en  las elecciones generales de octubre de 1982, el PSOE, con un claro posicionamiento anti-OTAN, gano por mayoría absoluta, con el 48,11% de los votos, obteniendo 202 diputados, confirmándose así, con la victoria de la izquierda, que la transición a la democracia era ya una realidad. En el 86, el PSOE cambiaria de posicionamiento, a favor de la permanencia de España en la OTAN, en el mismo sentido votaría la sociedad española en el referéndum del 86. España decidía así con que bando se alineaba durante los últimos años de la Guerra Fría.

En 1982, el  mando militar de la OTAN, general Bernard W. Rogers, en una entrevista sostenía que  tener  “paz con libertad” requería  un gasto en Defensa del 4% del PIB, para así no tener que recurrir a armamento nuclear para detener un posible ataque del Pacto de Varsovia, entonces la principal  amenaza para las democracias europeas. En España,  hoy el gasto en Defensa es muy inferior al 2% exigido por la NATO. El ataque de unos parásitos chinos, el covid-19, ha paralizado el país, declarando el Gobierno  el Estado de Alarma y  como consecuencia más de dos tercios de la población española se encuentra privada de su libertad, de la libertad de movimiento, de la libertad de poder trabajar, incluso de la libertad de poder elegir, no pudiendo muchos ciudadanos elegir centro hospitalario y tratamiento para enfrentarse a la enfermedad que provoca el covid-19.  Hoy es una evidencia que España ha descuidado su Defensa. La Estrategia de Seguridad Nacional recoge la amenaza que representan posibles epidemias de origen desconocido. Dice al respecto “Es necesario, además de reducir la vulnerabilidad de la población, desarrollar planes de preparación y respuesta ante amenazas y desafíos sanitarios”. Planes de preparación y respuesta, implica que el Gobierno debería tener previsto el abastecimiento de determinados productos y medicamentes, bien mediante contratos con empresas o previendo la rápida transformación de empresas nacionales. Pero no es así. El Gobierno ha hecho una solicitud a la NATO para pedir material con el que luchar contra los parásitos chinos, contra el coronavirus.

La petición oficial del Gobierno de Sánchez a la NATO, evidencia una vez más que el PSOE sufre una grave confusión ideológica. Tener en el Gobierno como principal socio político y aliado a Unidas Podemos,  a un partido de la órbita del comunismo internacional, de la órbita del Régimen comunista chino. Tener como aliado a un partido cuyo secretario general y vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, popularmente conocido como “el coletas”, el cual  hasta hace dos días hacia propaganda anti-ONTAN, a través de la televisión pública iraní, Hispan TV, y acudir a la NATO a pedir ayuda implica que el actual Gobierno de España no tienen claro donde quiere situar a España en la política internacional.

No solo ha fallado la Estrategia de Seguridad Nacional, es decir, la política de Defensa, sino que parece que los científicos españoles, y en concreto los epidemiólogos, han pasado a ser mayoritariamente unos parásitos, ¿Pues qué han hecho desde la crisis del SARS de 2002? Han descubierto algo; han propuesto algún tipo de medidas, por ejemplo, de stocks y abastecimiento de material sanitario y medicamentos o únicamente se han dedicado a amenazar y crear alarma social.

Las democracias occidentales, aquellas que forman parte de la NATO, no pueden aceptar que las  libertades de los ciudadanos se vean reducidas por la amenaza de un parasito chino, el covid-19. Primero, porque limitar  las libertades de los ciudadanos el sector social al que pertenezca supondrá un fuerte coste político, un fuerte desgaste para sus sistemas democráticos. Aunque se quiera hacer recurriendo al gracioso eslogan de “Quédate en casa” , es difícil saber cuánto se puede aguantar esta situación comportándose los ciudadanos de forma pasiva y pacífica, es decir, sin que se produzcan altercados sociales violentos. Los gobiernos, y en concreto en España, intentan generar conformismo y resignación en la sociedad ante esta situación de represión generándose una fuerte alarma social y comprometiéndose el Gobierno a que el Estado pagara todo, perdidas de empresas, los salarios de trabajadores que vayan de forma temporal al paro, etc. Pero todo el mundo sabe, que por mucho que se aumente la deuda pública,  lo que se gaste hoy supondrá menos gasto mañana. Además, las democracias occidentales tienen sistemas económicos capitalistas, cuyo principal motor es el consumo. Parar a más de dos tercios de la población supondrá pérdidas para muchas empresas; muchas cerraran, algunos empresarios cambiaran de actividad, y todo ello muy probablemente provocara que crezca el paro. No se puede permitir que la amenaza de un parasito chino cambie nuestro estilo de vida, nuestro modelo social, político y económico, las democracias occidentales deben reaccionar.


martes, 24 de marzo de 2020

COVID-19, FALSOS DISCURSOS GLOBALES COMO JUSTIFICACIÓN.


Cien años después de la denominada Gripe Española, la humanidad vuelve a sufrir las consecuencias de un virus, el covid-19 que desde el Régimen comunista chino se ha propagado a nivel mundial. Según los expertos, con diferencia a la Gripe Español, que provocaba enfermedad grave en personas  entre 20 y 40 años, el covid-19, ataca principalmente a ancianos y personas con otras patologías, a los más débiles, a las personas con menos defensas.  Dándose la particularidad y extrañez, siempre según los expertos, de que sin saberse por qué a unas personas les causa una enfermedad más grave que a otras. El covid-19 ha transformado nuestras sociedades desarrolladas y modernas occidentales en selvas, volviendo dilemas morales que ya parecían superados; pasando de un día para otro a un nivel de inseguridad máximo, el causado por la amenaza de un virus del que uno no tiene forma de protegerse, pues no se puede vivir aislado eternamente.


Si en un principio la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó que no se cerraran fronteras, por considerarlo ineficaz, hoy casi todos los países del mundo están cerrando sus fronteras y restringiendo de alguna forma  el movimiento de  personas a nivel nacional. A diferencia de lo  que ocurrió con la  Gripe Española que según los expertos su propagación se debió principalmente al movimiento de tropas que se habían contagiado no se sabe cómo, en el caso del covid-19 la propagación la han provocado viajes internacionales de personas, que saliendo de China han logrado crear  importantes focos en diferentes países, y de ellos, se ha propagado al resto del mundo. En el caso de Europa, inexplicablemente, Italia ha sido la principal  zona de entrada del virus y posterior propagación al resto de países europeos.

Los medios de comunicación además de contribuir a crear alarma social, están favoreciendo que determinados discursos se conviertan en los dominantes, en verdades absolutas y globales, aunque haya claras informaciones  que los dan por equivocados o incluso falsos. Uno de ellos, es de intentar hacer creer a la opinión pública, de que después de esto vendrá la paz mundial, es decir,  todo será diferente, los que sobrevivan a las reglas de la selva, principalmente jóvenes, vivirán en un mundo feliz. Nada más lejos de la realidad. Un mínimo conocimiento de la naturaleza humana y de la política internacional, lleva a pensar que superado el covid-19, los conflictos internacionales se incrementaran, la desigualdad y la pobreza aumentaran. A igual que ocurre ahora con las personas, luego pasara con los países, habrá países que se queden atrás. España e Italia, cuyas economías estaban muy mal antes de la crisis, muy probablemente sean dos de esos países, a cuyas economías les costara décadas recuperarse de la crisis del covid-19. Se dice que la solución son los eurobonos, lo que viene a ser que los Estados miembros más ricos de la UE contribuyan a pagar la deuda pública del resto. Mutualización de la deuda pública, poco probable, pues las elites de un país no pueden pedir y mucho menos exigir, que paguen sus deudas nacionales mientras se comportan como competidores en la economía internacional. Las alternativas serán las de siempre, la suspensión de pagos o la solicitud de rescates, de la UE, del FMI, de ambos, rescates sometidos a condiciones por aquellos que ponen el dinero o facilitan que ese dinero se mueva.

Inundar el piso de agua, para hacer daño al de abajo y a la vez tener una justificación, es un conocido viejo truco, muy utilizado históricamente en política. Difícil de probar pero fácil de percibir. Fácil de percibir, porque el que lo hace, aunque sea de forma sutil, debe reivindicarlo. Debe hacer propaganda para  dar a conocer que es él, gobierno o grupo no gubernamental, por ejemplo, un grupo terrorista,  el que lo ha hecho con unos determinados objetivos. Numerosas informaciones conducen a pensar que han inundado el piso de arriba.  Además, superada la crisis quedara claro quien ha salido beneficiado de ella y a quien más perjudicado, añadiendo mucha luz sobre  lo ocurrido, y favoreciendo las justas y necesarias consecuencias.

Como ocurre con todas las crisis, unos se empobrecerán mientras otros se enriquecen. Como ocurre con todas las crisis, serán los sectores más desfavorecidos, aquellos que tienen menos defensas de todo tipo, los más afectados. A nivel global, como ocurrió con el 11-S, esta crisis debe representar un punto de inflexión en las relaciones internacionales, debe poner fin al proceso de globalización tal como hoy lo conocemos. El comunismo internacional vuelve a ser una amenaza y debe ser interpretado como tal por las democracias occidentales. La globalización no puede seguir siendo como hoy la conocemos, por ejemplo, las democracias occidentales no pueden seguir teniendo  abiertas sur fronteras a China y demás países de su órbita como hasta ahora.  A nivel nacional, las elites dirigentes, han utilizado la crisis para convertir España en una selva, en la que el Estado de Alarma sea paraguas para cubrir y justificar  represión, violaciones de los derechos humanos y atrocidades de todo tipo. No hay duda, las elites políticas son las únicas responsables de lo que está pasando, y por tanto deberán pagar por ello un elevado precio.

domingo, 22 de marzo de 2020

COVID-19, LA SOLUCIÓN NO PUEDE SER MÁS COSTOSA QUE EL PROBLEMA.


El presidente Sánchez ha anunciado hoy que pedirá al Congreso de los Diputados que amplié el Estado de Alarma  15 días más, como mínimo hasta el 11 de abril. Desde la perspectiva de alguien que no es experto en temas sanitarios y valorando la situación de acuerdo a las informaciones que difunden los medios de comunicación, todo indica que la situación no es tan grave como para declarar el  Estado de Alarma.  El presidente ha justificado su decisión diciendo que es lo que recomiendan los expertos internacionales, en concreto, los pertenecientes a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero, por qué creer a los miembros de la OMS, sin son los mismos que hace unas semanas recomendaron no limitar los movimientos de ciudadanos procedentes de China hacia Europa, favoreciendo así la actual situación, con un  elevado número de personas contagiadas en países europeos y numerosos muertos por la enfermedad que provoca.

La inmensa mayoría de los ciudadanos no percibe que la situación sea como para declarar el Estado de Alarma, y su efectividad es más que discutible. La gran mayoría de las personas viven en familia. Poder sobrevivir requiere unas mínimas actividades y contactos a través de los cuales dicen que se puede propagar el covid-19. Además, entre el aproximadamente 20% de la sociedad al  que el Gobierno  le permite  disfrutar de libertad de movimiento puede haber potenciales portadores del virus, como ya ha ocurrido con algunos dirigentes políticos, repartidores, y miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas.

La solución nunca puede ser más costosa que el problema. Si uno sale a pasear su mascota, no se encuentra gente muriéndose o desmallándose por las calles. La situación no es tan grave como se está haciendo creer a través de los medios de comunicación, como están haciendo creer fuentes del Gobierno y personal sanitario. Los medios de comunicación están de forma clara haciendo propaganda para incrementar la alarma social provocada por el  coronavirus. La solución nunca puede ser más costosa que el problema, y el Estado de Alarma declarado por el presidente Sánchez, lo es. Lo es, primero, por lo que representa para la economía tener casi totalmente parado el país. Por ejemplo, se suele considerar algo positivo que los medios de transporte vayan casi vacíos, pero eso representara pérdidas para las empresas del sector. Para otras muchas empresas dejar de producir también significara perdidas. La economía capitalista se basa fundamentalmente en el afán de enriquecimiento y el consumo. Una situación de alarma no creo que anime a invertir y crear actividad económica. Que en torno a un 80% de la sociedad baje el consumo también provocara perdidas en numerosas empresas. El Estado podrá asumirlas a base de déficit y subiendo la deuda pública, pero tendrá un tope, en algún momento ello representara disminución del gasto público. Por tanto, debido al Estado de Alarma, si no es este año, seguro que al siguiente muchas empresas van a cerrar, los salarios bajaran, y el Estado recortara en servicios públicos y ayudas sociales. El estado de alarma va ser muy costoso para España. En segundo lugar, el Estado de Alarma es muy costoso, porque está creando dos categorías de ciudadanos, a los que se les permite disfrutar de todos los derechos fundamentales, por su actividad o simplemente por tener el carnet de un determinado partido político,  y a los que se les restringen algunos de ellos, obligados a permanecer la mayor parte del día en sus casas. El Gobierno socialcomunista de Sánchez  está utilizando la defensa de una más que discutida seguridad sanitaria para justificar la privación a muchos ciudadanos de su libre albedrio, de capacidad de escoger, obligándolos a someterse a tratamientos sanitarios que ellos no desean u obligándolos a aislares en determinados centros.  De forma encubierta el presidente Sánchez ha creado en España un régimen totalitario, al estilo de los regimos comunistas, bajo la forma del Estado de Alarma.

A medida que la crisis del covid-19 se prolonga, la confusión sobre lo que ha pasado aumenta. Pero, no son absurdas sospechas,  hay numerosas informaciones que dan a conocer que había gente que conocía lo que iba a pasar, por lo que, o son adivinos o lo han favorecido o incluso provocado. El presidente Sánchez en sus recientes comparecencias, además reiterar el argumentario de  que el coronavirus no entiende  ni territorios ni de ideologías, siempre deja caer que la lucha contra el covid-19 acabara cuando tengamos una vacuna. No sé cuál es su intención con dicha afirmación, pero de sus palabras se desprende que persigue algún objetivo más allá de el de buscar combatir el covid19.  El comunismo internacional vuelve a ser una amenaza. Hasta que las democracias occidentales asuman que el comunismo internacional, orbita a la que pertenece el Régimen comunista chino, donde surgió el coronavirus, vuelve a ser una amenaza, no se podrá solucionar la actual situación.

miércoles, 18 de marzo de 2020

COVID-19, EL FALSO ENEMIGO ESPERADO POR TODOS.


Con en torno al 80% de la población española obligada a quedarse en sus casas, el presidente Sánchez se ha dirigido hoy en un Congreso de los Diputados casi vacío, a una España vacía. La comparecencia del presidente Sánchez ha sido totalmente decepcionante, muchos datos que conoce parte de la opinión pública, por no decir toda, el presidente dice ignorarlos, lo que sería grave, o descaradamente miente a la sociedad. El presidente ha querido justificar la represión que ha ordenado contra los ciudadanos y llamar a la calma, diciendo algo así como el covid-19 se cargara a algunos, pero el Estado adoptara medidas económicas para que no afecte a la economía, para que los ciudadanos, principalmente jóvenes, que sobrevivan, pueden seguir manteniendo sus empleos y disfrutando de su calidad de vida. No será así, el covid-19 será un rodillo que aplastara la confianza, entre personas, entre generaciones, entre actores políticos y empresariales, y a nivel internacional, entre naciones, reduciendo a mínimos la cooperación y la colaboración, y por tanto sus consecuencias serán graves y amplias.

España se encuentra ante una situación de enorme confusión, no solo sanitaria, sino también y principalmente política. Pero todo ello tiene una explicación. Primero, en política las grandes cosas requieren de grandes consensos, que permiten ocultar lo que podría parecer inocultable. Segundo, vivimos una época de elevadas y fuertes interrelaciones e interdependencias, políticas, empresariales, e incluso científicas,  a nivel global. Sin ir más lejos, aquí en España, es innegable, pues hay información que lo confirma, sectores de la derecha española, afine al PP, apoyaron  a que un partido como Unidas Podemos, la representación en España del comunismo internacional, entrara en la política española, y llegara a formar parte del actual Gobierno. El presidente Sánchez ha dicho que es un virus que no entiende de territorios ni de ideologías, independientemente, de cual sea mi interpretación sobre lo que está ocurriendo, hay algo innegable. No sabemos cómo el coronavirus ha entrado en España, ni favorecido por quien. Tampoco sabemos cómo se ha hecho dañino para los humanos, pero sabemos que  es un virus que ha surgido en el Régimen comunista chino, y de ahí se ha extendido por el resto del  mundo.


El terrorismo islamista, asesino en un solo día,  el 11-M, aproximadamente, a la mitad de los que se ha cargado el covid-19, entonces, no sacaron a la calle a los militares, ni declararon un duro estado de alarma, lo han hecho con ocasión del coronavirus, porque el objetivo oculto no es otro que el de incrementar la represión contra los ciudadanos. El sistema sanitario español es excelente, ha dicho hoy un vez más el presidente Sánchez, y es cierto. El sistema tiene suficientes recursos para ello, y el personal sanitario,  como muchos españoles más  cumple con su función social, función por  la que cobran. Pero también es necesario decir, que el sistema sanitario español es utilizado por sectores de las elites dirigentes para cometer abusos, claras y sistemáticas violaciones de los derechos humanos, prácticas como las que en la disuelta  URSS denominaban medicina punitiva, contando para ello  con el apoyo, o como mínimo la impunidad, del Poder Judicial.     


La historia nos da a conocer, que una de las tácticas de los  tiranos es apelar a la unión con aquellos a los que oprime, buscando o incluso inventando un enemigo común, a poder ser exterior. Hoy en el Congreso se ha confirmado, que el  covid-19 se ha convertido en ese enemigo tan deseado por las elites dirigentes españolas, para apelar a la unión, al patriotismo, a la solidaridad. Las elites dirigentes españolas  quieren blanquear su represión utilizando el covid-19, y hoy en el Congreso han apelado a la unidad política. Lógicamente, buscan la unidad política, pero no para combatir al coronavirus sino para aminorar las consecuencias que para sus intereses puedan provocar la situación que este ha creado. En línea con lo anterior, el  presidente Sánchez,  ha hablado de la necesidad de unos Presupuestos Generales del Estado para la reconstrucción social y economía. Lo que ha querido decir el presidente Sánchez es que el virus se cepillara a unos pocos, pero luego, el resto de la sociedad seguirá disfrutando de sus  empleos y calidad de vida, como si aquí no hubiera pasado nada.  


Pero si ha pasado. España está bajo la amenaza de una situación de guerra biológica, en la que un virus de todos, ataca a unos muchos. Un virus de todos que ataca a muchos, principalmente, personas vulnerables por su edad o por padecer patologías previas graves. Insisto, no sabemos cómo el coronavirus ha llegado a España, directamente de China, o por ejemplo, vía Italia, pero sabemos que tienen su origen en China. No solo eso, muchos datos conducen a interpretar y sospechar que el comunismo internacional vuelve a ser una amenaza para el mundo, para su estabilidad y en concreto para Occidente, para su modelo político, social y económico. El comunismo internacional, en España representado por Unidas Podemos, y formando parte del Gobierno, vuelve a ser una amenaza, en este caso, biológica. En España, el  enemigo no es el covid-19 sino Unidas Podemos y sus aliados, que no son pocos en España, recordemos como sectores de la derecha afines al PP han apoyado la creación de Podemos. Pero debemos tener fe. En esta batalla, como mucho puede haber un 20% de bajas, y luego, no hay duda ninguna sobre ello, vendrán las cuentas, se producirán reacciones y habrá las justas consecuencias. Siempre ha sido así y así será.

miércoles, 11 de marzo de 2020

LA PASIVIDAD DEL GOBIERNO CONVIERTE EL CORVID-19 EN UN PROBLEMA NACIONAL.


El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció ayer ante los medios de comunicación para explicar  el papel del Gobierno ante la emergencia sanitaria causada por el coronavirus o Covid-19. Su comparecencia se puede resumir en  “estamos ante un  escenario muy dinámico, vendrán semanas difíciles y se adoptaran medidas específicas de apoyo a la economía”. En las palabras del presidente se observó un claro interés en no focalizar, buscando ocultar lo evidente, que la amenaza del coronavirus  surge en el Régimen comunista chino, y de ahí se extendió al resto del mundo, llegando a Europa, principalmente, a través de Italia. Según Sánchez, estamos ante una emergencia sanitaria global, que requiere una solución global. Sánchez no quiso ayer  tranquilizar a la opinión pública, sino únicamente justificarse.  

El coronavirus es hoy un problema nacional, pero no debemos ignorar, lo más importante, que su origen está en el Régimen comunista chino. Inexplicablemente, el coronavirus surgió en Wuhan, China; inexplicablemente, de ahí se extendió a otras partes del mundo, extendiéndose a través de  Europa después de contagiar severamente zonas del Norte de Italia. Inexplicablemente, llego a España, y ahora de forma clara y explicable, se propaga a través de contagios nacionales.

Ha pasado ya más de un mes desde que la Organización Mundial de Salud declarara la alerta mundial por Covid-19, pero desde entonces no se ha dado al respecto ninguna información nueva relevante sobre el virus y la enfermedad que provoca, o no la tienen o la mantienen en total secreto. Por ejemplo, todavía no se ha aclarado, o no lo han hecho público, si las personas que contraen el coronavirus y padecen la enfermedad desarrollan inmunidad, estando protegidas a partir de entonces, como sería lógico teniendo en cuenta cómo actúa el organismo humano frente a otros virus similares,  o no, algo muy fácil de comprobar. De eso nada dijo ayer Sánchez.

China está hoy considerada la fábrica del mundo; y parece ser que su Gobierno ha tomado conciencia de ello, han pensado “Si nosotros paramos, para el mundo” y quieren utilizarlo como forma de presión, principalmente, de las economías desarrolladas capitalistas occidentales, cuyas empresas tienen en ese país sus centros de producción o su fabricación final depende de productos importados de China. En la esfera internacional el Régimen comunista chino es un actor complejo y preocupante. Durante las guerras de los Balcanes, China en defensa del Gobierno de Belgrado amenazo con emprender diferentes tipos de actuaciones contra los  miembros de la NATO. A finales del 2002, cuando en Naciones Unidas se debatía sobre si se debía realizar o no una   intervención militar contra el Régimen de Sadam Husein, inexplicablemente, surgió en China la crisis sanitaria del SARS. Ahora, que se ha endurecido posición occidental liderada por Estados Unidos frente a Irán, y que se han complicado, principalmente, las relaciones comerciales entre China y países desarrollados occidentales, inexplicablemente, surge un nuevos virus que afectara sobre todo a los países desarrollados occidentales, no solo por la enfermedad que provoca sino por las consecuencias económicas que se deriven de medidas adoptadas para contener su expansión.

Las medidas que se están adoptando para contener la expansión del coronavirus son confusas y contradictorias. La información que se da a conocer a la opinión pública es incompleta y mayoritariamente repetitiva, cuando no, clara desinformación. Medidas que ayer se consideraban erróneas, hoy se dice que son buenas y necesarias. Un viejo refrán afirma “¿No quieres caldo? Pues toma tres tazas”. Mantuvieron las fronteras abiertas con China, cuando todo aconsejaba cerrarlas, y el coronavirus contagio de forma importante el Norte de Italia, y de ahí se extendió a otros países de Europa. Italia, no ha cerrado, todavía, sus fronteras, pero a nivel interno ha puesto en cuarentena a millones de personas, restringiendo de forma importante la libertad de movimiento de los ciudadanos. No habrá vuelos con Italia, creen que el coronavirus no es suficientemente inteligente para buscar vías alternativas para llegar a España, por tren, a través de otros países. Todo de chiste, un chiste que probablemente acabe en represión cuando el Gobierno socialcomunista, que curiosamente hoy tenemos en España, y que de forma clara es de la órbita del Régimen comunista chino, intente imponer obligaciones a los ciudadanos en función de su rol en la sociedad.