miércoles, 11 de marzo de 2020

LA PASIVIDAD DEL GOBIERNO CONVIERTE EL CORVID-19 EN UN PROBLEMA NACIONAL.


El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció ayer ante los medios de comunicación para explicar  el papel del Gobierno ante la emergencia sanitaria causada por el coronavirus o Covid-19. Su comparecencia se puede resumir en  “estamos ante un  escenario muy dinámico, vendrán semanas difíciles y se adoptaran medidas específicas de apoyo a la economía”. En las palabras del presidente se observó un claro interés en no focalizar, buscando ocultar lo evidente, que la amenaza del coronavirus  surge en el Régimen comunista chino, y de ahí se extendió al resto del mundo, llegando a Europa, principalmente, a través de Italia. Según Sánchez, estamos ante una emergencia sanitaria global, que requiere una solución global. Sánchez no quiso ayer  tranquilizar a la opinión pública, sino únicamente justificarse.  

El coronavirus es hoy un problema nacional, pero no debemos ignorar, lo más importante, que su origen está en el Régimen comunista chino. Inexplicablemente, el coronavirus surgió en Wuhan, China; inexplicablemente, de ahí se extendió a otras partes del mundo, extendiéndose a través de  Europa después de contagiar severamente zonas del Norte de Italia. Inexplicablemente, llego a España, y ahora de forma clara y explicable, se propaga a través de contagios nacionales.

Ha pasado ya más de un mes desde que la Organización Mundial de Salud declarara la alerta mundial por Covid-19, pero desde entonces no se ha dado al respecto ninguna información nueva relevante sobre el virus y la enfermedad que provoca, o no la tienen o la mantienen en total secreto. Por ejemplo, todavía no se ha aclarado, o no lo han hecho público, si las personas que contraen el coronavirus y padecen la enfermedad desarrollan inmunidad, estando protegidas a partir de entonces, como sería lógico teniendo en cuenta cómo actúa el organismo humano frente a otros virus similares,  o no, algo muy fácil de comprobar. De eso nada dijo ayer Sánchez.

China está hoy considerada la fábrica del mundo; y parece ser que su Gobierno ha tomado conciencia de ello, han pensado “Si nosotros paramos, para el mundo” y quieren utilizarlo como forma de presión, principalmente, de las economías desarrolladas capitalistas occidentales, cuyas empresas tienen en ese país sus centros de producción o su fabricación final depende de productos importados de China. En la esfera internacional el Régimen comunista chino es un actor complejo y preocupante. Durante las guerras de los Balcanes, China en defensa del Gobierno de Belgrado amenazo con emprender diferentes tipos de actuaciones contra los  miembros de la NATO. A finales del 2002, cuando en Naciones Unidas se debatía sobre si se debía realizar o no una   intervención militar contra el Régimen de Sadam Husein, inexplicablemente, surgió en China la crisis sanitaria del SARS. Ahora, que se ha endurecido posición occidental liderada por Estados Unidos frente a Irán, y que se han complicado, principalmente, las relaciones comerciales entre China y países desarrollados occidentales, inexplicablemente, surge un nuevos virus que afectara sobre todo a los países desarrollados occidentales, no solo por la enfermedad que provoca sino por las consecuencias económicas que se deriven de medidas adoptadas para contener su expansión.

Las medidas que se están adoptando para contener la expansión del coronavirus son confusas y contradictorias. La información que se da a conocer a la opinión pública es incompleta y mayoritariamente repetitiva, cuando no, clara desinformación. Medidas que ayer se consideraban erróneas, hoy se dice que son buenas y necesarias. Un viejo refrán afirma “¿No quieres caldo? Pues toma tres tazas”. Mantuvieron las fronteras abiertas con China, cuando todo aconsejaba cerrarlas, y el coronavirus contagio de forma importante el Norte de Italia, y de ahí se extendió a otros países de Europa. Italia, no ha cerrado, todavía, sus fronteras, pero a nivel interno ha puesto en cuarentena a millones de personas, restringiendo de forma importante la libertad de movimiento de los ciudadanos. No habrá vuelos con Italia, creen que el coronavirus no es suficientemente inteligente para buscar vías alternativas para llegar a España, por tren, a través de otros países. Todo de chiste, un chiste que probablemente acabe en represión cuando el Gobierno socialcomunista, que curiosamente hoy tenemos en España, y que de forma clara es de la órbita del Régimen comunista chino, intente imponer obligaciones a los ciudadanos en función de su rol en la sociedad.


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