miércoles, 18 de marzo de 2020

COVID-19, EL FALSO ENEMIGO ESPERADO POR TODOS.


Con en torno al 80% de la población española obligada a quedarse en sus casas, el presidente Sánchez se ha dirigido hoy en un Congreso de los Diputados casi vacío, a una España vacía. La comparecencia del presidente Sánchez ha sido totalmente decepcionante, muchos datos que conoce parte de la opinión pública, por no decir toda, el presidente dice ignorarlos, lo que sería grave, o descaradamente miente a la sociedad. El presidente ha querido justificar la represión que ha ordenado contra los ciudadanos y llamar a la calma, diciendo algo así como el covid-19 se cargara a algunos, pero el Estado adoptara medidas económicas para que no afecte a la economía, para que los ciudadanos, principalmente jóvenes, que sobrevivan, pueden seguir manteniendo sus empleos y disfrutando de su calidad de vida. No será así, el covid-19 será un rodillo que aplastara la confianza, entre personas, entre generaciones, entre actores políticos y empresariales, y a nivel internacional, entre naciones, reduciendo a mínimos la cooperación y la colaboración, y por tanto sus consecuencias serán graves y amplias.

España se encuentra ante una situación de enorme confusión, no solo sanitaria, sino también y principalmente política. Pero todo ello tiene una explicación. Primero, en política las grandes cosas requieren de grandes consensos, que permiten ocultar lo que podría parecer inocultable. Segundo, vivimos una época de elevadas y fuertes interrelaciones e interdependencias, políticas, empresariales, e incluso científicas,  a nivel global. Sin ir más lejos, aquí en España, es innegable, pues hay información que lo confirma, sectores de la derecha española, afine al PP, apoyaron  a que un partido como Unidas Podemos, la representación en España del comunismo internacional, entrara en la política española, y llegara a formar parte del actual Gobierno. El presidente Sánchez ha dicho que es un virus que no entiende de territorios ni de ideologías, independientemente, de cual sea mi interpretación sobre lo que está ocurriendo, hay algo innegable. No sabemos cómo el coronavirus ha entrado en España, ni favorecido por quien. Tampoco sabemos cómo se ha hecho dañino para los humanos, pero sabemos que  es un virus que ha surgido en el Régimen comunista chino, y de ahí se ha extendido por el resto del  mundo.


El terrorismo islamista, asesino en un solo día,  el 11-M, aproximadamente, a la mitad de los que se ha cargado el covid-19, entonces, no sacaron a la calle a los militares, ni declararon un duro estado de alarma, lo han hecho con ocasión del coronavirus, porque el objetivo oculto no es otro que el de incrementar la represión contra los ciudadanos. El sistema sanitario español es excelente, ha dicho hoy un vez más el presidente Sánchez, y es cierto. El sistema tiene suficientes recursos para ello, y el personal sanitario,  como muchos españoles más  cumple con su función social, función por  la que cobran. Pero también es necesario decir, que el sistema sanitario español es utilizado por sectores de las elites dirigentes para cometer abusos, claras y sistemáticas violaciones de los derechos humanos, prácticas como las que en la disuelta  URSS denominaban medicina punitiva, contando para ello  con el apoyo, o como mínimo la impunidad, del Poder Judicial.     


La historia nos da a conocer, que una de las tácticas de los  tiranos es apelar a la unión con aquellos a los que oprime, buscando o incluso inventando un enemigo común, a poder ser exterior. Hoy en el Congreso se ha confirmado, que el  covid-19 se ha convertido en ese enemigo tan deseado por las elites dirigentes españolas, para apelar a la unión, al patriotismo, a la solidaridad. Las elites dirigentes españolas  quieren blanquear su represión utilizando el covid-19, y hoy en el Congreso han apelado a la unidad política. Lógicamente, buscan la unidad política, pero no para combatir al coronavirus sino para aminorar las consecuencias que para sus intereses puedan provocar la situación que este ha creado. En línea con lo anterior, el  presidente Sánchez,  ha hablado de la necesidad de unos Presupuestos Generales del Estado para la reconstrucción social y economía. Lo que ha querido decir el presidente Sánchez es que el virus se cepillara a unos pocos, pero luego, el resto de la sociedad seguirá disfrutando de sus  empleos y calidad de vida, como si aquí no hubiera pasado nada.  


Pero si ha pasado. España está bajo la amenaza de una situación de guerra biológica, en la que un virus de todos, ataca a unos muchos. Un virus de todos que ataca a muchos, principalmente, personas vulnerables por su edad o por padecer patologías previas graves. Insisto, no sabemos cómo el coronavirus ha llegado a España, directamente de China, o por ejemplo, vía Italia, pero sabemos que tienen su origen en China. No solo eso, muchos datos conducen a interpretar y sospechar que el comunismo internacional vuelve a ser una amenaza para el mundo, para su estabilidad y en concreto para Occidente, para su modelo político, social y económico. El comunismo internacional, en España representado por Unidas Podemos, y formando parte del Gobierno, vuelve a ser una amenaza, en este caso, biológica. En España, el  enemigo no es el covid-19 sino Unidas Podemos y sus aliados, que no son pocos en España, recordemos como sectores de la derecha afines al PP han apoyado la creación de Podemos. Pero debemos tener fe. En esta batalla, como mucho puede haber un 20% de bajas, y luego, no hay duda ninguna sobre ello, vendrán las cuentas, se producirán reacciones y habrá las justas consecuencias. Siempre ha sido así y así será.

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