miércoles, 25 de marzo de 2020

COVID-19, UN PAÍS NO PUEDE PARAR POR LA AMENAZA DE UN PARASITO.


Un año muy importante en la historia de España es, sin duda, 1982. En 1982 en la sociedad española se adoptarían posicionamientos políticos que determinarían en gran medida su futuro.  En mayo de 1982, gobernado Unión de Centro Democrático (UCD), con Calvo Sotelo como presidente del Gobierno, España paso a ser  miembro de la OTAN. Entonces la cultura de los españoles sobre política internacional, salvo entre las elites intelectuales y algunos sectores universitarios, era muy baja y estaba muy manipulada por los partidos políticos. Desde la izquierda se veía mayoritariamente al Pacto de Varsovia como un defensor de sus ideas e intereses. Una constatación de esa baja cultura, la tenemos en el hecho de que en  las elecciones generales de octubre de 1982, el PSOE, con un claro posicionamiento anti-OTAN, gano por mayoría absoluta, con el 48,11% de los votos, obteniendo 202 diputados, confirmándose así, con la victoria de la izquierda, que la transición a la democracia era ya una realidad. En el 86, el PSOE cambiaria de posicionamiento, a favor de la permanencia de España en la OTAN, en el mismo sentido votaría la sociedad española en el referéndum del 86. España decidía así con que bando se alineaba durante los últimos años de la Guerra Fría.

En 1982, el  mando militar de la OTAN, general Bernard W. Rogers, en una entrevista sostenía que  tener  “paz con libertad” requería  un gasto en Defensa del 4% del PIB, para así no tener que recurrir a armamento nuclear para detener un posible ataque del Pacto de Varsovia, entonces la principal  amenaza para las democracias europeas. En España,  hoy el gasto en Defensa es muy inferior al 2% exigido por la NATO. El ataque de unos parásitos chinos, el covid-19, ha paralizado el país, declarando el Gobierno  el Estado de Alarma y  como consecuencia más de dos tercios de la población española se encuentra privada de su libertad, de la libertad de movimiento, de la libertad de poder trabajar, incluso de la libertad de poder elegir, no pudiendo muchos ciudadanos elegir centro hospitalario y tratamiento para enfrentarse a la enfermedad que provoca el covid-19.  Hoy es una evidencia que España ha descuidado su Defensa. La Estrategia de Seguridad Nacional recoge la amenaza que representan posibles epidemias de origen desconocido. Dice al respecto “Es necesario, además de reducir la vulnerabilidad de la población, desarrollar planes de preparación y respuesta ante amenazas y desafíos sanitarios”. Planes de preparación y respuesta, implica que el Gobierno debería tener previsto el abastecimiento de determinados productos y medicamentes, bien mediante contratos con empresas o previendo la rápida transformación de empresas nacionales. Pero no es así. El Gobierno ha hecho una solicitud a la NATO para pedir material con el que luchar contra los parásitos chinos, contra el coronavirus.

La petición oficial del Gobierno de Sánchez a la NATO, evidencia una vez más que el PSOE sufre una grave confusión ideológica. Tener en el Gobierno como principal socio político y aliado a Unidas Podemos,  a un partido de la órbita del comunismo internacional, de la órbita del Régimen comunista chino. Tener como aliado a un partido cuyo secretario general y vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, popularmente conocido como “el coletas”, el cual  hasta hace dos días hacia propaganda anti-ONTAN, a través de la televisión pública iraní, Hispan TV, y acudir a la NATO a pedir ayuda implica que el actual Gobierno de España no tienen claro donde quiere situar a España en la política internacional.

No solo ha fallado la Estrategia de Seguridad Nacional, es decir, la política de Defensa, sino que parece que los científicos españoles, y en concreto los epidemiólogos, han pasado a ser mayoritariamente unos parásitos, ¿Pues qué han hecho desde la crisis del SARS de 2002? Han descubierto algo; han propuesto algún tipo de medidas, por ejemplo, de stocks y abastecimiento de material sanitario y medicamentos o únicamente se han dedicado a amenazar y crear alarma social.

Las democracias occidentales, aquellas que forman parte de la NATO, no pueden aceptar que las  libertades de los ciudadanos se vean reducidas por la amenaza de un parasito chino, el covid-19. Primero, porque limitar  las libertades de los ciudadanos el sector social al que pertenezca supondrá un fuerte coste político, un fuerte desgaste para sus sistemas democráticos. Aunque se quiera hacer recurriendo al gracioso eslogan de “Quédate en casa” , es difícil saber cuánto se puede aguantar esta situación comportándose los ciudadanos de forma pasiva y pacífica, es decir, sin que se produzcan altercados sociales violentos. Los gobiernos, y en concreto en España, intentan generar conformismo y resignación en la sociedad ante esta situación de represión generándose una fuerte alarma social y comprometiéndose el Gobierno a que el Estado pagara todo, perdidas de empresas, los salarios de trabajadores que vayan de forma temporal al paro, etc. Pero todo el mundo sabe, que por mucho que se aumente la deuda pública,  lo que se gaste hoy supondrá menos gasto mañana. Además, las democracias occidentales tienen sistemas económicos capitalistas, cuyo principal motor es el consumo. Parar a más de dos tercios de la población supondrá pérdidas para muchas empresas; muchas cerraran, algunos empresarios cambiaran de actividad, y todo ello muy probablemente provocara que crezca el paro. No se puede permitir que la amenaza de un parasito chino cambie nuestro estilo de vida, nuestro modelo social, político y económico, las democracias occidentales deben reaccionar.


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