martes, 14 de abril de 2020

COVID-19, PENSAMIENTO ÚNICO: CONFINAMIENTO ¿POR QUÉ?



“El hombre es un ser social por naturaleza”, lo dijo Aristóteles ya hace muchos siglos, lo siguen sosteniendo hoy los antropólogos y sociólogos de nuestra época. Vivir en sociedad es un rasgo universal del ser humano. El hombre tiene tendencia a buscar protección, ayuda y compañía en otros seres humanos; el hombre tiene tendencia a cooperar con otros hombres para dar solución a sus problemas,  construyendo lo que  conocemos como sociedad. El sistema económico capitalista occidental se basa principalmente en dos elementos. El afán de lucro, la tendencia a enriquecerse,  y el consumo, es decir, hay personas que deciden invertir su dinero y trabajo en satisfacer las necesidades de otros, consumidores, para así obtener beneficios. Está demostrado que realizar ejercicio físico, practicar un deporte o simplemente caminar, es muy bueno para la salud.

El confinamiento, daña de forma importante los sistemas económicos de las democracias occidentales, pues reduce de forma drástica el consumo, desmotivando  enormemente el  afán de lucro, pues la situación de confinamiento reduce las posibilidades y facilidades para realizar nuevas inversiones. Como en toda crisis, habrá inversores que aprovechen esta para hacerse más ricos, pero serán una minoría que busque, sobre todo, especular a corto plazo, por ejemplo, fabricando material sanitario o aprovechándose de las necesidades de la gente. El confinamiento también es malo para la salud. Obligar a la gente a que no salga de sus casas, impedirle que pueda ir al campo, hacer deporte, pasear, etc.,  contradice los planteamientos médicos defendidos hasta ahora. El confinamiento es muy dañino para las sociedades occidentales, a pesar de ello, la necesidad de confinamiento se ha impuesto como un pensamiento único en la gran mayoría de los gobiernos occidentales. Los gobiernos occidentales consideran  que la única respuesta frente al covid-19 es el confinamiento, con el fin de lograr distanciamiento social. Independientemente de que el confinamiento, destinado a lograr distanciamiento social, sea o no la única y mejor respuesta  frente al covid19, tengo mi opinión, pero no voy a entrar a valorarlo, es evidente que los gobiernos occidentales se ha convertido así en cómplices del covid-19, favoreciendo que este virus de origen chino imponga cambios en la forma de vivir de las poblaciones de las sociedades occidentales, paralizando casi por completo la actividad económica.

¿Es realmente el confinamiento eficaz? ¿No hay alternativa al confinamiento? No son preguntas sin respuesta, sino preguntas que en estos momentos no se plantean en las sociedades occidentales. El  confinamiento se ha impuesto como la moda dominante, adoptada por muchos  gobiernos occidentales como única  solución para combatir el covid-19 y aceptada como tal por sus sociedades. Nadia habla, o se habla muy poco, de los costes del confinamiento. Para la salud, pues muchas personas a la que ayer su médico le recomendaba que salieran todos los idas a dar un largo paseo, hoy se ven obligadas por su gobierno a quedarse en casa. O para la economía, la total parálisis de una elevado porcentaje de la actividad económica va a provocar destrucción de empleo, vertiginoso incremento del desempleo, falta de recursos en los gobiernos para garantizar los  servicios públicos y prestaciones sociales como consecuencia de una importante disminución de la recaudación fiscal, lo que lógicamente hará crecer deudas públicas y déficits. O para la vida en general, pues la vida de muchas personas ha quedado reducida a comer y dormir, privados de su deseo de mantener algún tipo de relaciones sociales,  debido a las medidas represivas que ha impuesto su gobierno, supuestamente para proteger su salud. Eso sí, hay una serie de personas que gracias a su rol social, por ser dirigentes políticos, personal sanitario, policías, militares, etc, al ser considerados por su gobierno imprescindibles,  siguen disfrutando de una vida muy parecida a la de antes de la amenaza del covid-19, supuestamente para garantizar la supervivencia y proteger la salud de los que son privados de libertad, de la posibilidad de tener una vida como a la que hasta ahora tenían.  

El confinamiento se ha impuesto como la moda dominante no cuestionable, y hay dos claros responsables. Primero, un conjunto de expertos, que liderados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), consideran e imponen que el confinamiento es la única solución posible para combatir el virus covid-19. Y en  segundo lugar, unos medios de comunicación que contribuyen a fortalecer la opinión de esos expertos y  a incrementar la alarma social creada por el virus de origen chino, covid-19. Asuntos, como el cambio climático, diferentes conflictos armados, la inmigración económica y el desplazamiento de  refugiados, y otros muchos, que ayer eran considerados graves problemas, hoy los medios los ignoran o los tratan de una forma muy superficial y secundaria. Aún más, los medios ya apenas dedican espacios a la evolución de las investigaciones científicas el virus, a posibles vacunas o tratamientos, este tema también ha pasado a ser en gran medida silenciado, en beneficio de imponer como la única solución a la amenaza del covid-19, el confinamiento. El Fondo Monetario Internacional acaba de dar a conocer que prevé que en España el Producto Interior Bruto caiga un 8% este año y el paro suba hasta 20,8%. La solución  nunca puede ser más costosa que el problema, y hasta ahora todo indica que lo es.  

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